Cuando en la Santa Misa recitamos el Confíteor, esa antigua oración de confesión de pecados, acompañamos nuestras palabras con un gesto solemne: golpearnos el pecho tres veces al decir: «Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa». Este acto, que podría parecer una simple tradición repetida por costumbre, …
Leer Más »