Dogmas sobre la creación del mundo: una mirada profunda, accesible y actual

La creación del mundo es uno de los temas más fascinantes y trascendentales de la fe cristiana. Este misterio se encuentra en la base de nuestra comprensión de Dios, del hombre y del propósito de la existencia. En este artículo, exploraremos los dogmas relacionados con la creación del mundo, su desarrollo histórico, su riqueza simbólica y su relevancia para nuestras vidas hoy. El objetivo es iluminar cómo estas verdades de fe pueden inspirarnos, educarnos y guiarnos en nuestro caminar espiritual.


I. Los fundamentos bíblicos de la creación

La doctrina de la creación encuentra su raíz en las primeras páginas de la Biblia, específicamente en el libro del Génesis. En su primer capítulo, leemos cómo Dios, en un acto de amor absoluto, crea el universo de la nada (ex nihilo). Este relato está lleno de simbolismo y profundidad teológica:

  1. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gn 1,1): Esta frase inicial afirma un dogma fundamental: Dios es el Creador único y absoluto de todo lo que existe. No hay nada que preceda a Dios, y todo lo creado depende enteramente de Él.
  2. Los seis días de la creación: Aunque no necesariamente deben interpretarse de manera literal, los seis días representan un orden y un propósito en la obra creadora de Dios. Cada día culmina en la frase «y vio Dios que era bueno», subrayando la bondad intrínseca de toda la creación.
  3. El séptimo día y el descanso divino: El descanso de Dios al final de la semana subraya la santidad del tiempo y nos invita a reconocer a Dios como el Señor del universo, dedicándole tiempo para la adoración y el descanso espiritual.

El simbolismo en el relato del Génesis

  • La luz creada el primer día: Simboliza la acción inicial de Dios que disipa el caos y las tinieblas, señalando el inicio de un cosmos ordenado.
  • La separación de aguas y tierras: Representa el establecimiento de un mundo habitable, diseñado específicamente para la vida humana.
  • La creación del hombre y la mujer a imagen de Dios: Este es el culmen de la creación. En el ser humano, Dios imprime su sello, otorgándole dignidad única, razón y libertad.

II. Los dogmas de la Iglesia sobre la creación

A lo largo de los siglos, la Iglesia ha formulado varios dogmas sobre la creación que definen verdades esenciales de nuestra fe:

1. La creación ex nihilo

La Iglesia enseña que Dios creó el mundo de la nada. Este dogma subraya la soberanía absoluta de Dios y rechaza cualquier idea de que el universo sea eterno o que haya materia preexistente.

2. La bondad de la creación

El Concilio de Letrán IV (1215) declaró que todo lo creado es bueno porque procede de Dios, quien es la Bondad misma. Esta afirmación es crucial para combatir posturas dualistas que consideran el mundo material como intrínsecamente malo.

3. La finalidad de la creación

El mundo fue creado para manifestar la gloria de Dios y permitir al hombre participar en su amor. Este dogma resalta que la creación no es un accidente cósmico, sino el resultado de un plan divino lleno de propósito.

4. La providencia divina

Dios no solo creó el mundo, sino que lo sostiene y gobierna continuamente. Esto significa que la creación no es un reloj que funciona independientemente, sino un tejido vivo mantenido por el amor de Dios.


III. Relevancia teológica y aplicaciones prácticas

1. La relación entre fe y ciencia

En un mundo cada vez más dominado por los avances científicos, algunos ven un conflicto entre la fe cristiana y las teorías científicas como el Big Bang o la evolución. Sin embargo, la Iglesia enseña que no hay oposición entre fe y razón. La ciencia busca entender cómo funciona el universo, mientras que la fe responde a preguntas sobre su origen y propósito.

Aplicación práctica: Como creyentes, podemos acoger los avances científicos con apertura y gratitud, viéndolos como una forma de comprender mejor la obra de Dios.

2. Ecología y cuidado de la creación

El Papa Francisco, en su encíclica Laudato Si’, nos recuerda que el cuidado de la creación es una responsabilidad moral. Si el mundo es obra de Dios, estamos llamados a tratarlo con respeto y amor.

Aplicación práctica: Adoptar estilos de vida sostenibles, evitar el consumo excesivo y participar en iniciativas de conservación son formas concretas de vivir este principio.

3. La dignidad humana

El dogma de que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios nos desafía a respetar y promover la dignidad de cada persona, sin importar su condición social, raza o religión.

Aplicación práctica: Esto nos invita a comprometernos en la defensa de los derechos humanos, el servicio a los pobres y la promoción de la justicia social.


IV. Conclusión: la creación como camino hacia Dios

Los dogmas sobre la creación del mundo no son meras teorías abstractas, sino verdades profundamente espirituales que nos conectan con el corazón de Dios. Nos invitan a contemplar el universo con asombro, a cuidar de la creación con responsabilidad y a reconocer nuestra propia dignidad como hijos de Dios.

En un mundo marcado por el materialismo y el nihilismo, los dogmas sobre la creación nos recuerdan que no estamos aquí por casualidad. Somos parte de un plan divino, llamados a participar en la obra de Dios y a manifestar su amor en cada rincón de nuestra vida. Que estas verdades nos impulsen a vivir con gratitud, esperanza y un profundo sentido de propósito.

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Pater noster, qui es in cælis: sanc­ti­ficétur nomen tuum; advéniat regnum tuum; fiat volúntas tua, sicut in cælo, et in terra. Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie; et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris; et ne nos indúcas in ten­ta­tiónem; sed líbera nos a malo. Amen.

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