“Os envío como ovejas en medio de lobos”: La valentía de ser cristiano hoy

Cuando Jesús dijo a sus discípulos: “Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas” (Mateo 10,16), les estaba preparando para una misión difícil. No les prometió éxito terrenal, reconocimiento o seguridad. Más bien, les advirtió que serían perseguidos, incomprendidos y que su fe sería puesta a prueba.

Esta advertencia no fue solo para los discípulos de entonces, sino también para nosotros. Vivimos en un mundo cada vez más hostil a la fe cristiana. La cultura dominante ridiculiza los valores evangélicos, y profesar abiertamente la fe puede traer consigo rechazo, marginación o incluso persecución. Pero Jesús no nos dejó sin herramientas: nos pidió que fuéramos prudentes y sencillos, astutos sin perder la inocencia.

¿Qué significa esto para nosotros hoy? ¿Cómo podemos vivir como ovejas en medio de lobos sin caer en la desesperación o en la tibieza? En este artículo, exploraremos el origen y el significado de esta frase de Jesús, su contexto histórico, su aplicación en la historia de la Iglesia y cómo podemos vivirla en nuestra vida cotidiana.

1. El contexto bíblico: Jesús prepara a sus discípulos

El Evangelio de Mateo nos sitúa en un momento clave del ministerio de Jesús: el envío de los Doce Apóstoles. Jesús les da instrucciones precisas sobre cómo predicar el Reino de Dios y advertencias sobre las dificultades que encontrarán.

La imagen de la “oveja en medio de lobos” es poderosa. La oveja es un animal dócil, indefenso y dependiente de su pastor. Los lobos, en cambio, son depredadores que acechan, buscan dividir y devorar. Jesús no dice que sus discípulos se convertirán en lobos para defenderse, ni que deben huir; más bien, los envía conscientemente a esa realidad con una estrategia de prudencia y sencillez.

San Juan Crisóstomo, comentando este pasaje, dice: “Si hubieran sido enviados como lobos entre lobos, habrían luchado y vencido con violencia. Pero al ser enviados como ovejas entre lobos, la victoria no es del hombre, sino de la gracia de Dios”.

2. Historia de la Iglesia: Ovejas entre lobos a lo largo del tiempo

Desde el inicio, los cristianos han vivido esta realidad. Los primeros mártires, como San Esteban o los cristianos que murieron en el Coliseo, fueron testigos de una fe inquebrantable ante un mundo hostil.

Uno de los ejemplos más impactantes es el de los mártires de Lyon (siglo II). En esta ciudad de la Galia romana, los cristianos fueron brutalmente perseguidos. Entre ellos, destaca Santa Blandina, una esclava que, a pesar de ser considerada insignificante por la sociedad, resistió torturas inimaginables sin renegar de su fe. Sus últimas palabras fueron: “Soy cristiana y entre nosotros no se hace el mal”. Como una verdadera oveja entre lobos, no respondió con odio ni violencia, sino con amor y fidelidad a Cristo.

Más adelante, en la Edad Media y la época moderna, esta imagen siguió siendo una realidad. Misioneros como San Francisco Javier fueron a tierras lejanas sabiendo que podían ser rechazados o incluso asesinados. En el siglo XX, figuras como San Maximiliano Kolbe o los mártires de la Guerra Cristera en México son testimonios de este envío de Jesús: hombres y mujeres que enfrentaron el mal con valentía, sin perder su fe ni su caridad.

3. ¿Cómo vivir este llamado hoy?

Si bien en muchos lugares los cristianos ya no enfrentan persecuciones sangrientas, el mundo sigue siendo un campo de batalla espiritual.

Hoy, los “lobos” toman nuevas formas:

  • La indiferencia religiosa, que trata la fe como algo irrelevante.
  • El relativismo moral, que ridiculiza la verdad y los valores cristianos.
  • Las ideologías anticristianas, que buscan silenciar la voz del Evangelio.
  • La tibieza y la comodidad, que pueden llevarnos a renunciar a la lucha.

Entonces, ¿cómo podemos ser fieles al mandato de Jesús en este contexto?

a) Prudentes como serpientes

La prudencia cristiana no es cobardía ni astucia egoísta. Es la capacidad de discernir cómo y cuándo hablar, cómo actuar con sabiduría sin comprometer la verdad. San Pablo lo ejemplifica bien cuando, en el Areópago de Atenas (Hechos 17), no ataca directamente las creencias de los griegos, sino que parte de ellas para anunciar a Cristo.

Hoy, esto significa saber dar testimonio de nuestra fe sin caer en provocaciones innecesarias, usando los medios de comunicación con inteligencia, educándonos en la doctrina para responder con firmeza y caridad.

b) Sencillos como palomas

La sencillez evangélica es confiar en Dios sin dobleces ni segundas intenciones. Es vivir con autenticidad nuestra fe, sin vergüenza ni miedo. Significa que, aunque el mundo nos rechace, no respondemos con odio ni con resentimiento, sino con amor y fidelidad.

Un testimonio impresionante de esto es el del cardenal vietnamita Francisco Xavier Nguyen Van Thuan. Estuvo preso durante 13 años, 9 de ellos en aislamiento, y en lugar de amargarse, convirtió su celda en un espacio de oración y evangelización. Con pedazos de papel escribía mensajes de esperanza para otros presos. Fue una oveja en medio de lobos, pero nunca perdió su luz.

4. El desafío de la fe en el siglo XXI

Hoy, más que nunca, este llamado de Jesús resuena con fuerza. No se trata de vivir con miedo, sino con valentía y esperanza. Ser cristiano no es fácil, pero es el mayor honor y la mayor misión que podemos recibir.

¿Cómo podemos responder al llamado de Cristo?

  • Fortaleciendo nuestra fe con oración, estudio y vida sacramental.
  • Viviendo con coherencia, sin avergonzarnos del Evangelio en nuestros ambientes.
  • Amando a nuestros enemigos, sin responder con odio a quienes atacan nuestra fe.
  • Siendo luz en la cultura, promoviendo los valores cristianos en la familia, el trabajo y la sociedad.

San Juan Pablo II decía: “No tengáis miedo. Abrid las puertas a Cristo”. En medio de un mundo que parece querer devorar la fe, la respuesta no es esconderse ni pelear con las mismas armas del enemigo, sino confiar en que la victoria es de Dios.

Cristo nos envía hoy como ovejas en medio de lobos. Nos llama a ser prudentes sin ser calculadores, valientes sin ser violentos, y fieles sin ser fanáticos. No estamos solos. Él va con nosotros, y esa es nuestra mayor fuerza.

Que el Espíritu Santo nos dé la gracia de ser testigos valientes y fieles hasta el final.

Acerca de catholicus

Pater noster, qui es in cælis: sanc­ti­ficétur nomen tuum; advéniat regnum tuum; fiat volúntas tua, sicut in cælo, et in terra. Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie; et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris; et ne nos indúcas in ten­ta­tiónem; sed líbera nos a malo. Amen.

Ver también

Los frutos del Espíritu Santo: señales vivas de una vida transformada por Dios

Un artículo educativo, espiritual y actual sobre el corazón de la vida cristiana Introducción En …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: catholicus.eu