Si la Iglesia es Tan Mala, ¿Cómo Sobrevivió 2000 Años? La Respuesta que los Críticos Ignoran

Introducción: La Paradoja de la Permanencia de la Iglesia

En un mundo donde imperios, ideologías y religiones han surgido y caído, la Iglesia Católica permanece. Dos mil años de historia, persecuciones, herejías, escándalos y revoluciones no han logrado extinguirla. Los críticos señalan los pecados de algunos de sus miembros, los errores humanos y los momentos oscuros como «prueba» de su falsedad. Pero si la Iglesia es tan corrupta, tan equivocada, tan indigna… ¿cómo es posible que siga en pie cuando todos sus enemigos han desaparecido?

La respuesta es simple, pero los críticos la ignoran: la Iglesia es divina. Su supervivencia no se explica por la habilidad política, la fuerza militar o la adaptación al mundo, sino por la Providencia de Dios.


1. Las Profecías que Anunciaron su Eternidad

Desde el principio, Cristo prometió que su Iglesia nunca sería vencida:

«Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.» (Mateo 16,18)

Jesús no dijo que la Iglesia sería perfecta en sus miembros, sino que el mal no la destruiría. A lo largo de la historia, muchos han intentado acabar con ella:

  • Los emperadores romanos la persiguieron durante siglos (Nerón, Diocleciano).
  • Los bárbaros arrasaron Europa, pero terminaron convirtiéndose.
  • Los cismas y herejías (arrianos, protestantes, modernistas) buscaron dividirla, pero la doctrina permaneció.
  • Los regímenes anticristianos (Revolución Francesa, comunismo, nazismo) intentaron erradicarla, pero fracasaron.

Si la Iglesia fuera meramente humana, habría desaparecido como el Imperio Romano o la Unión Soviética. Pero Dios cumple sus promesas.


2. La Iglesia Sobrevive a sus Propios Hijos Pecadores

Uno de los argumentos más usados contra la Iglesia es la debilidad moral de algunos de sus miembros: papas corruptos, clérigos escandalosos, laicos hipócritas. Pero esto, lejos de refutar su origen divino, lo confirma.

  • Judas fue un apóstol traidor, pero Cristo no abandonó a los once restantes.
  • Pedro negó a Jesús tres veces, pero fue perdonado y se convirtió en el primer Papa.
  • La corrupción en la Edad Media no impidió que surgieran santos como Francisco de Asís o Santo Domingo.

La Iglesia es santa en su doctrina y misión, pero está formada por pecadores en proceso de conversión. Como dijo San Agustín:

«La Iglesia es una luna que, aunque tenga manchas, sigue reflejando la luz del Sol, que es Cristo.»


3. La Providencia Divina en los Momentos Críticos

A lo largo de la historia, cuando la Iglesia parecía al borde del colapso, Dios intervenía de manera milagrosa:

  • El papado de Avignon y el Cisma de Occidente (siglo XIV) dividieron a la cristiandad, pero Santa Catalina de Siena logró la reunificación.
  • La Reforma Protestante (siglo XVI) arrasó con media Europa, pero surgió la Contrarreforma con santos como San Ignacio de Loyola y San Carlos Borromeo.
  • La Revolución Francesa (siglo XVIII) intentó borrar el cristianismo, pero la Iglesia resurgió con fuerza en el siglo XIX.

¿Coincidencias? No. Es la mano de Dios guiando su Iglesia.


4. La Respuesta que los Críticos No Quieren Escuchar

Los enemigos de la Iglesia prefieren centrarse en los escándalos porque no tienen respuesta para su persistencia sobrenatural.

  • Si la Iglesia fuera un fraude, habría sido olvidada como otras sectas antiguas.
  • Si fuera solo un poder humano, habría caído como todos los imperios.
  • Si fuera una invención de Constantino (como dicen algunos), ¿cómo sobrevivió a la caída de Roma?

La única explicación lógica es que Cristo la fundó y el Espíritu Santo la sostiene.


Conclusión: La Iglesia es Indestructible Porque es de Dios

La próxima vez que alguien diga «la Iglesia está llena de pecadores», respóndele:

«Por supuesto, y por eso mismo sigue aquí: porque no depende de nosotros, sino de Dios.»

Dos mil años de ataques internos y externos no han podido destruirla. Y nunca lo harán.

«El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.» (Mateo 24,35)

La Iglesia Católica es la única institución en la historia que lleva 20 siglos venciendo a la muerte. Y eso, querido lector, no es obra del hombre. Es obra de Dios.

¡Viva Cristo Rey! ¡Viva su Iglesia!

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Pater noster, qui es in cælis: sanc­ti­ficétur nomen tuum; advéniat regnum tuum; fiat volúntas tua, sicut in cælo, et in terra. Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie; et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris; et ne nos indúcas in ten­ta­tiónem; sed líbera nos a malo. Amen.

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