La Biblia Protestante Está Incompleta: La Verdad que No Te Contaron

Cuando abrimos una Biblia protestante y la comparamos con una Biblia católica, encontramos una diferencia fundamental: faltan libros. No es un simple detalle sin importancia, sino una omisión crucial que impacta la comprensión de la fe cristiana.

Pero, ¿qué significa esto? ¿Por qué estos libros fueron eliminados? ¿Cómo afecta esto la teología protestante? Y lo más importante: ¿por qué es tan relevante para nuestra vida espiritual hoy?

En este artículo, exploraremos en profundidad este tema, desmontando mitos y explicando por qué la Biblia católica es la versión completa y auténtica de la Palabra de Dios.

¿Qué Libros Faltan en la Biblia Protestante?

La Biblia católica contiene 73 libros, mientras que la protestante solo tiene 66. Esto se debe a que los reformadores del siglo XVI eliminaron siete libros del Antiguo Testamento y fragmentos de otros. Estos son:

  1. Tobías
  2. Judith
  3. Sabiduría
  4. Eclesiástico (Sirácides)
  5. Baruc
  6. 1 Macabeos
  7. 2 Macabeos

Además, fragmentos de Daniel y Ester fueron eliminados en la versión protestante.

Estos libros, conocidos como deuterocanónicos, siempre fueron considerados Sagradas Escrituras por la Iglesia y estuvieron presentes en la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento utilizada por los apóstoles y por Jesús mismo.

¿Por Qué los Protestantes Eliminaron Estos Libros?

Martín Lutero y otros reformadores rechazaron estos libros porque contradecían varias de sus doctrinas. No fue una decisión basada en la historia o en la tradición apostólica, sino en su propia interpretación teológica.

Veamos algunos ejemplos de lo que estos libros enseñan y cómo desafían la teología protestante:

1. La oración por los difuntos y el Purgatorio

En 2 Macabeos 12, 45-46, se menciona claramente la práctica de orar por los muertos:

“Pero él, considerando que a los que habían muerto piadosamente les estaba reservada una magnífica recompensa, hizo que ofrecieran por los muertos un sacrificio expiatorio, para que fueran liberados del pecado.”

Esta enseñanza apoya la doctrina del Purgatorio, algo que el protestantismo rechaza. Si aceptaran 2 Macabeos, tendrían que aceptar la intercesión por los difuntos y el proceso de purificación después de la muerte, lo que choca con su idea de la sola fide (salvación solo por la fe).

2. La importancia de las buenas obras

La teología protestante insiste en que somos salvados solo por la fe (sola fide). Sin embargo, los libros deuterocanónicos resaltan la importancia de las obras junto con la fe.

Por ejemplo, en Eclesiástico 15, 16-17, se nos dice:

«Si quieres, guardarás los mandamientos y permanecerás fiel a su voluntad. Él ha puesto delante de ti fuego y agua; a lo que quieras, extenderás tu mano.»

Este pasaje refuerza la enseñanza católica de que tenemos libre albedrío y que nuestras decisiones importan en nuestra salvación. Lutero, que enseñaba la depravación total del hombre, rechazó esta idea y prefirió excluir estos libros de la Biblia.

3. La intercesión de los santos

El libro de Baruc habla de cómo los justos pueden interceder por el pueblo:

«Señor Todopoderoso, Dios de Israel, escucha la oración de los muertos de Israel y de sus hijos pecadores» (Baruc 3, 4).

Este concepto de intercesión es clave en la teología católica, pues explica la comunión de los santos y el papel de María y los santos en la intercesión por nosotros. Sin embargo, los protestantes rechazan esta enseñanza, y eliminar estos libros facilita su argumentación.

4. La veneración de las imágenes sagradas

Muchos protestantes argumentan que la Biblia prohíbe el uso de imágenes, pero en el libro de Sabiduría 14, 7, encontramos un pasaje revelador:

«Bendita la madera por la cual se obra la justicia.»

Esto se refiere a los objetos sagrados usados en la adoración a Dios, lo que justifica el uso de imágenes y estatuas con un propósito piadoso.

¿Quién Decidió Qué Libros Debían Estar en la Biblia?

Es importante entender que la Biblia no cayó del cielo encuadernada con los 73 libros. La Iglesia primitiva, bajo la guía del Espíritu Santo, definió el canon bíblico en los concilios de Roma (382), Hipona (393) y Cartago (397).

San Agustín, gran defensor de los deuterocanónicos, insistía en su inspiración divina. Pero Lutero, en su afán de sostener su doctrina, tomó la decisión unilateral de excluirlos.

Los protestantes argumentan que el canon judío, fijado en el siglo I d.C. en el Concilio de Jamnia, no contenía estos libros. Sin embargo, los apóstoles y la Iglesia primitiva usaban la Septuaginta, que sí los incluía.

En otras palabras, los protestantes siguen el canon judío posterior a Cristo, mientras que los católicos seguimos el canon que usaron los apóstoles y los primeros cristianos.

¿Por Qué Esto Es Importante Hoy?

Algunas personas podrían pensar: «Bueno, si creo en Jesús, ¿importa realmente qué libros están en la Biblia?»

La respuesta es un rotundo sí.

  1. Si nos falta parte de la Biblia, nos falta parte de la verdad.
  2. Las doctrinas protestantes están incompletas porque se basan en una Biblia incompleta.
  3. Las enseñanzas eliminadas afectan nuestra comprensión de la fe, la salvación y la vida cristiana.

Aceptar la Biblia católica significa aceptar la plenitud de la Revelación. No podemos basar nuestra fe en una versión reducida de la Palabra de Dios.

¿Qué Puedes Hacer Hoy?

  1. Si eres católico, profundiza en los libros deuterocanónicos. A menudo son ignorados incluso por los propios católicos. Léelos y descubre su riqueza espiritual.
  2. Si eres protestante, investiga por qué tu Biblia tiene menos libros. Pregunta quién decidió qué libros incluir y por qué.
  3. Comparte esta información. Muchos cristianos no saben que su Biblia está incompleta. Ayuda a otros a descubrir la verdad.

Conclusión: La Plenitud de la Fe

La Biblia es la Palabra de Dios, pero la Biblia protestante no está completa. La eliminación de los libros deuterocanónicos no fue una decisión inspirada por Dios, sino una estrategia humana para justificar doctrinas contrarias a la enseñanza apostólica.

Si queremos vivir en la plenitud de la fe cristiana, debemos aceptar la Biblia en su totalidad, tal como la transmitió la Iglesia desde el principio.

Que este conocimiento nos ayude a acercarnos más a Dios y a vivir con una fe más profunda y auténtica.

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Pater noster, qui es in cælis: sanc­ti­ficétur nomen tuum; advéniat regnum tuum; fiat volúntas tua, sicut in cælo, et in terra. Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie; et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris; et ne nos indúcas in ten­ta­tiónem; sed líbera nos a malo. Amen.

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